Las actividades
humanas amenazan el equilibrio natural de la Tierra.
Talar árboles, contaminar el aire y el agua o dejar que
los desiertos se extiendan son las formas mediante las
que el ser humano altera el medio ambiente.
Si los daños causados al ambiente en
que vivimos continúan, la Tierra pronto estará en
peligro. Podría dejar de ser un planeta vivo.
Un planeta
amenazado
La tierra es uno de
los nueve planetas del sistema solar. Se diferencia de
los otros planetas por contener vida animal y vegetal.
La vida es posible en la Tierra porque posee el aire que
los seres vivos necesitan para respirar, los nutrientes
que necesitan para alimentarse y crecer, y el clima
adecuado para poder vivir; un clima que ni es muy frío
ni muy caliente.
La zona de la Tierra
en la que se desarrolla la vida de plantas, animales y
organismos microscópicos se llama biosfera.
La biosfera está formada por tres zonas: el aire, el
agua y la tierra firme. Entre ellas existe un delicado
equilibrio natural que permite una vida cómoda para los
seres que habitan nuestro planeta. Sin embargo, las
actividades humanas en los últimos cientos de años está
alterando este equilibrio a un ritmo muy rápido.
Las consecuencias de nuestra forma de vida son visibles hoy día en los bosques, sobre todo en los bosques tropicales; también en las costas y otros medios acuáticos.
La contaminacion es uno de los mayores peligros que amenazan al medio ambiente. Todas las partes de la biosfera (tierra, agua y aire) sufren contaminación.
Contaminamos el aire con humos procedentes de industrias y de nuestros coches. Contaminamos los ríos y lagos a través de los desagües de las ciudades o con vertidos químicos tóxicos. Los mares los contaminamos con petróleo, y los campos con fertilizantes y pesticidas.
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